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Lámparas de infrarrojos y ahorro energético: ¿cuánto se ahorra realmente?

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Cuando se habla de calefacción, una de las preguntas más frecuentes tiene que ver con el consumo: ¿cuánto cuesta mantener los espacios cálidos, especialmente en los meses más fríos? En un periodo en el que los costes energéticos están en constante aumento y la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad, cada vez más personas —desde particulares hasta propietarios de negocios— están considerando soluciones alternativas a los sistemas tradicionales. Entre estas, las lámparas de infrarrojos están ganando terreno como una tecnología eficaz, estéticamente agradable y sobre todo de bajo consumo.

Pero ¿cuánto se ahorra realmente utilizando una lámpara de infrarrojos en comparación con los métodos de calefacción convencionales? La respuesta depende de varios factores: tipo de espacio, aislamiento térmico, tiempo de uso y modelo elegido. Sin embargo, lo que hace que las lámparas de infrarrojos sean especialmente interesantes es su mecanismo de funcionamiento: no calientan el aire, sino directamente las superficies y las personas presentes, eliminando las dispersiones y concentrando el calor donde realmente se necesita.

En este artículo analizaremos en detalle el tema del ahorro energético relacionado con las lámparas de infrarrojos, comparando consumos, costes de gestión y rendimiento con otros sistemas de calefacción. Veremos también por qué pueden representar una opción ventajosa no solo para viviendas particulares, sino también para restaurantes, hoteles, oficinas y espacios exteriores, donde el control del consumo es crucial. Si te estás preguntando si vale la pena invertir en esta solución moderna y funcional, sigue leyendo: te proporcionaremos datos concretos, ejemplos prácticos y consejos para comprender si las lámparas de infrarrojos son realmente la opción más eficiente para tu espacio.

Cómo funcionan las lámparas de infrarrojos y por qué consumen menos

Las lámparas de infrarrojos representan una solución de calefacción innovadora, diferente de los sistemas tradicionales que calientan el aire del ambiente. Su funcionamiento se basa en el principio de la radiación: emiten ondas infrarrojas que calientan directamente cuerpos sólidos, superficies y personas, sin calentar el aire circundante. Esto las hace especialmente eficientes, sobre todo en espacios amplios, ventilados o difíciles de aislar.

Precisamente porque no dependen del calentamiento del aire, las lámparas de infrarrojos no sufren las dispersiones típicas de los radiadores o de los sistemas de aire caliente, que tienden a dispersar energía hacia el techo o hacia zonas no ocupadas. El calor, en cambio, se dirige con precisión donde se necesita, reduciendo el derroche y mejorando la sensación de confort incluso a temperaturas más bajas. Además, a diferencia de las estufas de gas o pellet, las lámparas de infrarrojos no requieren tiempo para entrar en funcionamiento: el calor es prácticamente inmediato. Esto permite optimizar los tiempos de encendido y apagado, evitando consumos innecesarios. También el rendimiento energético es muy elevado: la mayor parte de la energía eléctrica se transforma en calor útil, con una pérdida mínima.

Gracias a estas características, las lámparas de infrarrojos resultan ideales no solo para ambientes domésticos, sino también para espacios comerciales, terrazas, verandas, restaurantes y bares, donde es fundamental calentar de manera rápida y eficaz sin derroches. Por último, los modelos de Phormalab son modernos, diseñados para ser también estéticamente agradables, integrándose perfectamente con el entorno. Calentar con estilo, de forma eficiente e inteligente, hoy es posible gracias a la tecnología de infrarrojos.

Consumos en comparación: infrarrojos vs calefacción eléctrica y a gas

Aunque los calefactores a gas suelen considerarse la opción natural para calentar áreas exteriores como terrazas, jardines o terrazas de bares y restaurantes. Una comparación cuidadosa con las soluciones de infrarrojos, como las que ofrece Phormalab. Pone de manifiesto numerosas ventajas en términos de consumo y costes de gestión.

Las lámparas de infrarrojos, de hecho, funcionan con un mecanismo diferente al de los calefactores a gas. En lugar de calentar el aire, emiten rayos infrarrojos que calientan directamente a las personas y las superficies. Reduciendo así las dispersiones de calor y optimizando el uso de la energía. Esto se traduce en una calefacción más uniforme y rápida. Que permite mantener una temperatura confortable incluso en espacios abiertos sin derroches innecesarios.

Desde el punto de vista económico, los calefactores de infrarrojos resultan mucho más ventajosos. Por ejemplo, suponiendo que se desee calentar un área de 10 metros cuadrados durante seis horas al día, el consumo energético de una lámpara de infrarrojos Phormalab es decididamente inferior al de un calefactor a gas tradicional. Concretamente, esto se traduce en un ahorro mensual de unos 276 euros por cada calefactor. Que sumado a una temporada de uso de siete meses llega a casi 2.000 euros de ahorro total.

Además del ahorro directo en la factura, también debe considerarse el menor impacto ambiental de las lámparas de infrarrojos. Que no producen emisiones de CO2 durante su uso, a diferencia de los calefactores a gas. Esto las convierte en una solución no solo conveniente, sino también más sostenible y adaptada a las exigencias modernas de eficiencia y respeto por el medioambiente. En resumen, las lámparas de infrarrojos representan una alternativa válida y conveniente para quienes desean calentar espacios exteriores sin renunciar al confort y a la estética. Manteniendo bajos los costes y el impacto ambiental.

Por qué elegir las lámparas de infrarrojos de Phormalab

Elegir una lámpara de infrarrojos no significa solo optar por un sistema de calefacción eficiente. Sino también invertir en calidad, diseño y tecnología. Las lámparas de infrarrojos de Phormalab representan la síntesis perfecta de estos elementos. Ofreciendo un producto que se distingue en el mercado por ahorro energético, estilo e innovación.

Desde el punto de vista del ahorro, las lámparas Phormalab están diseñadas para optimizar el consumo gracias a tecnologías avanzadas que permiten dirigir el calor de forma precisa. Calentando directamente a las personas y las superficies sin derroches. Esto se traduce en una reducción significativa de los costes en comparación con los sistemas de calefacción tradicionales. Haciendo que la inversión sea ventajosa tanto para entornos domésticos como para locales comerciales como restaurantes, hoteles y bares.

Pero el ahorro no lo es todo. Phormalab también apuesta por un diseño cuidado y moderno, que transforma la lámpara de infrarrojos de un simple elemento funcional en un auténtico complemento de decoración. Cada modelo está fabricado con materiales de alta calidad y cuidado en los más mínimos detalles. Respetando la estética contemporánea y las necesidades de quienes desean un ambiente elegante y acogedor.

Otro punto fuerte exclusivo de Phormalab es la posibilidad de regular la temperatura de forma sencilla e inteligente gracias al dimmer integrado controlable a través del smartphone. Esta función permite gestionar el calor con precisión. Adaptándolo a tus necesidades en todo momento, incluso a distancia. Es una ventaja práctica que mejora el confort y contribuye aún más al ahorro energético, evitando derroches innecesarios.

Por último, el valor añadido de Phormalab es el Made in Italy, sinónimo de excelencia, cuidado artesanal y fiabilidad. Elegir una lámpara de infrarrojos Phormalab significa apostar por un producto italiano de alta gama. Capaz de combinar tecnología, estética y sostenibilidad en una única solución de calefacción.

Dónde instalar la lámpara de infrarrojos

Las lámparas de infrarrojos son soluciones de calefacción extremadamente versátiles, adecuadas para una amplia gama de espacios tanto interiores como exteriores. Una de las preguntas más comunes se refiere precisamente al lugar y la forma ideal de instalarlas, considerando que el modelo elegido puede influir no solo en la eficacia de la calefacción, sino también en la estética y la funcionalidad de los ambientes.

Entre los modelos más populares se encuentran las lámparas de pared, ideales para quienes buscan una instalación estable y discreta. Pueden colocarse a diferentes alturas, de modo que dirijan el calor exactamente donde se necesita, como en zonas de paso o áreas de descanso. Gracias a su diseño, a menudo minimalista y moderno, se integran fácilmente en cualquier entorno, desde salones domésticos hasta locales comerciales.

Una alternativa muy valorada son las lámparas de techo, perfectas para espacios donde no es posible ocupar las paredes o el suelo. Estos modelos calientan de forma uniforme, creando una sensación de confort general sin ocupar espacio visual. Lo cual es muy útil en lugares como restaurantes, oficinas o terrazas cubiertas.

Para quienes prefieren soluciones móviles y flexibles, existen las lámparas de pie con tecnología de infrarrojos, que pueden desplazarse y orientarse según las necesidades. Son especialmente adecuadas para exteriores, terrazas y jardines, donde la calefacción debe ser temporal o concentrada en zonas específicas. Su estructura sólida, a menudo equipada con ruedas, permite cambiar de ubicación fácilmente sin renunciar al diseño.

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